Un mundo de contrastes

 

Un mundo de contrastes

Vivimos en sociedades donde al parecer asustan mucho las diferencias, donde cuesta incluir lo diferente, lo que no encaja con esquemas preconcebidos. Sin embargo, al parecer, no duelen ni preocupan demasiado los contrastes (video).

Las diferencias son necesarias, y con ellas y desde ellas podemos entretejer la vida, con sus variopintos colores, sabores y, sobre todo, sabidurías, las cuales nos darán trabajo ciertamente, muchas veces habrá que respetarlas, otras integrarlas y otras superarlas, pero que al final nos dejarán siempre con la satisfacción de haber recibido la vida en su mayor dignidad, esto es, en su riquísima variedad de expresiones humanas y bio-sistémicas.

Los contrastes no son solo diferencias “notables”, definirlos así no es más que un eufemismo hiriente y fatuo. Más bien indican realidades que se oponen radicalmente. Se repelen una a otra, porque una desenmascara a la otra, porque una resulta insultante y denigrante para la otra. Por lo tanto, hablamos de realidades que expresan: contradicción, contraposición, antagonismo, enfrentamiento, contrariedad.

Nuestros jóvenes, y con ellos todos/as nosotros/as, vimos en un mundo signado por el gran contraste de estar «lleno de progresos», pero en el cual estamos expuestos «al sufrimiento y a la manipulación», afirma el papa Francisco en su reciente Exhortación a los jóvenes (Christus vivit, 71). Y sigue una larga lista de contrastes, en los tres números siguientes, donde el Papa reproduce la voz de los padres sinodales, frente a lo cual nos advierte que lo peor que nos puede pasar es «anestesiar a los jóvenes con otras noticias, con otras distracciones, con banalidades», como de hecho se hace muchas veces en nuestras sociedades. Es una realidad que causa «dolor» y que debería llevarnos hasta el extremo de las «lágrimas». Los contrastes se agudizan porque vienen adormecidos o justificados dentro de lo que el papa llama «colonización ideológica» y «cultura del descarte». En la Exhortación se ponen de manifiesto tres grandes realidades, dentro de las cuales se manifiestan los contrastes más dolorosos para los jóvenes y para toda la sociedad: «el ambiente digital»; «los migrantes como paradigma de nuestro tiempo», «poner fin a todo tipo de abusos».

Frente a todo ello, el papa Francisco invita personalmente a cada joven a no decaer y a ver que sí «hay una salida», que se pueden vencer los contrastes haciendo la diferencia, porque estas sí que van asumidas y respetadas (cf. n. 186), se les invita a no dejarse robar la esperanza, a saber tener raíces, a cultivar la fraternidad y a no dejar que se la roben. Por otro lado, les propone a un Cristo y a una Iglesia de rostro joven y de opciones valientes y, sobre todo, coherentes con la fuerza del evangelio y los clamores contrastantes de la realidad. Por eso, una Iglesia atenta a los signos de los tiempos y que ha sabido hasta hoy generar jóvenes santos, dignos de ser seguidos. Les anuncia un Dios-Amor, vivo en ellos y en medio de ellos, salvando, sanando y liberando. Les invita a seguir soñando y a realizar elecciones evangélicas, desde una experiencia profunda de amistad con Jesucristo, enamorados de él y de su propuesta. En definitiva, jóvenes que sean ellos mismos, únicos y diferentes, pero comprometidos, siendo misioneros valientes, recordando siempre que Jesucristo: ¡vive y les quiere vivos!

p. Antonio Gerardo Fidalgo, CSsR

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Un commento

  • Luis Roballo 11 Maggio 2019a2:31 pm

    Apreciado P. Tony,
    un fraterno reconocimiento por su blog que he leído y comparto. Subrayo el fotomontaje de la imagen que ilustra y creo importante que los diversos elementos se mantengan como partecitas de un mosaico y nos permitan seguir esperando.

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