Sin duda, es más que loable que la Iglesia, inspirada por las decisiones e improntas del papa Francisco, se lance con más o menos convicciones a procesos sinodales. Seguramente en muchas comunidades puede que todo este trabajo vaya dejando florecer necesarios frutos de vida nueva. Pero no obstante queda una doble duda, si será así en definitiva para toda la Iglesia, en y desde todas las comunidades, y si en verdad se quiere “una Iglesia siempre en transformación”, una Iglesia en verdad «en salida», siempre a la búsqueda del «encuentro» con “los otros”, los alejados, los perdidos, los descartados, las situaciones periféricas, los desafíos epocales, o solo se reflotan ciertas tendencias para robustecerse hacia adentro o defenderse mejor de las “insidias” y “ataques” “del mundo”, sin asumir los reales cambios a los cuales los signos de los tiempos y el mismo Espíritu impelen a la Iglesia de hoy como de siempre. En la línea del Vaticano II, la Iglesia sigue siendo llamada a configurar su identidad en y desde su impronta de servicio a la humanidad. Una Iglesia que asume que su configuración histórica no es ya – y quizás nunca debió haber sido – la de una “cristiandad”, sino…
Un sínodo más, y ahora ¿qué se puede esperar? Los sínodos han movilizado la vida de la Iglesia, no hay duda, pero no siempre han dado los frutos esperados, muchas de sus propuestas e intuiciones fueron quedándose en el tiempo, olvidadas o superadas por otros temas y urgencias nuevas. Ha sido importante, en este caso como en otros, el juntarse en torno a una temática urgente y lacerante: la ecología integral, el cuidado por la naturaleza y los más pobres y abandonados. Ha sido significativo el clima y el trabajo en sintonía fraternal/sororal, la actitud sincera de escucha de clamores, de variadas visiones, del Espíritu impulsando nuevos caminos y sosteniendo procesos reales de conversión personal, social y estructural, mediante el ejercicio del discernimiento y la interpretación teologal de los signos de los tiempos. Como siempre, queda la experiencia vivida y el testimonio de un Documento, a la espera de la acogida por parte del papa Francisco y de la recepción de toda la Iglesia. Esperemos que no sea un Documento más para leer, analizar, criticar sin que se deje lugar a verdaderos ecos y transformaciones en la vida personal, eclesial y social. El Documento, con claridad expresiva y programática,…
Introdução Após um sólido caminho sinodal de aproximadamente dois anos, é chegada a hora de conhecer e compartilhar as reflexões feitas pelos padres sinodais através do documento final tornado público no último sábado, dia 26 de outubro. Há que se recordar que um sínodo não é uma estrutura deliberativa, mas propositiva. É com este espírito hermenêutico de diálogo que o documento deve ser recebido, lido e suas conclusões acolhidas. O que pretendemos com este breve artigo é realizar uma pequena abordagem, de caráter sobretudo ilustrativo e informativo, sobre o caminho reflexivo contido no interior do documento. Agradeço muitíssimo ao meu confrade, padre Sinodal, Vice-Provincial Redentorista de Manaus, Pe. Amarildo da Silva, C.Ss.R., pelas riquíssimas informações e opiniões que me ajudaram a compreender os objetivos almejados pelo documento. 1. A Estrutura do documento, suas influências diretas e eclesiologia Uma breve análise da estrutura do documento nos revela um texto breve, contendo apenas 120 números, dividido em cinco capítulos mais introdução e conclusão: I: Amazônia: da escuta à Conversão Integral; II: Novos Caminhos de Conversão Pastoral; III: Novos Caminhos de Conversão Cultural; IV: Novos Caminhos de Conversão Ecológica; V: Novos Caminhos de Conversão Sinodal. Do magistério recente colhemos a influência direta mais…