No duelen los escándalos hasta que los escándalos no duelen…
Fidalgo / 22 Marzo 2019

No duelen los escándalos hasta que los escándalos no duelen… Lo dice el papa Francisco, lo comentan los curas y los laicos más comprometidos, lo expande como regadío la prensa, no pocas veces muy amarilla e indolente: los escándalos sexuales golpean a la Iglesia. Hay que aceptarlo y enfrentarlo. Se debe hacer justicia. Ciertamente. Pero, ¿cuál? ¿De qué modo? Si el dolor solo lleva al revanchismo, a las venganzas y a las búsquedas de meras compensaciones de dinero y al clásico: “que se pudra en la cárcel”. Poco hemos avanzado en humanidad, poco aprendemos de nuestras heridas. El verdadero dolor busca abrir paso a la cura, a la compasión, tanto por la víctima como por el victimario, con todas las diferencias del caso, pero no sin que esas diferencias diferencien el modo de hacer justicia. Una cosa es cierta, estos sucesos nos llaman a vivir con mayor transparencia, a decirle definitivamente adiós a todo tipo de ocultamiento, pero ello no quiere decir perder el respeto por las personas, por las que se equivocan y por las víctimas de dicho equívocos. Además, toda situación necesita su discernimiento, analizar las causas, personales y estructurales, y por ende clarificar las responsabilidades en cada…