No se trata solo de una imagen, sino de una metáfora que encierra -con todo su clamor- una rotunda invitación a no seguir andando por el solo avanzar de un simple calendario. Es una invitación a salvar el presente preñado de futuro, pero al mismo tiempo amenazado en su más neurálgica fragilidad. Es una invitación a ser más que nunca conscientes que nuestra historia nos reclama autenticidad, veracidad y sobre todo la capacidad de respuestas sapienciales y proféticas. He aquí donde nuestro servicio formativo, en la escuela de san Alfonso, puede tener su lugar, más aún, su hogar natural….. (Continua a leggere)