Del Espíritu Santo en la teología a la teología del Espíritu Santo. Hacia una teología en y con el Espíritu Santo
Fidalgo / 29 Maggio 2020

      La experiencia de vivir según el espíritu de familia, de una época, de un grupo o comunidad es significativa y, en gran parte, determinante para nuestras existencias. Vivir dentro de ese hálito fundamental nos da sentido de pertenencia y nos ofrece ciertas seguridades. Sentirse parte de una cultura, dejar que su espíritu llene nuestras acciones y comportamientos, gustos, poesías y canciones, elecciones cotidianas que les dan sabor y sentido al diario vivir, eso sí que es respirar y dejarse llevar por algo más que una mera programación o impulso instintivo. Así pues, hacemos la experiencia de realizarnos en y con ese elemento, que no es fácilmente conceptulizable, pues es algo que sin más se le percibe, se lo vive, se siente su presencia y atracción, se disfruta su gusto, se valora su fuerza y se celebra su carga identitaria. Podríamos darle miles de nombres, con lo cual explicaríamos mucho, si bien sería mucho más lo que se nos escaparía de tales clasificaciones, porque la experiencia es más desbordante que la precisión de los conceptos. Algo así ha ocurrido con el Espíritu Santo, ese gran olvidado/desconocido, que sin embrago nunca ha estado ciertamente ausente. Lo que ha sucedido…