Petrine primacy and synodality
Carbajo / 19 Maggio 2023

Petrine primacy and synodality Pope Francis has affirmed that “it is precisely this path of synodality which God expects of the Church of the third millennium.” “Synodality is a constitutive dimension of the Church. We cannot be Church without recognizing a real practice of the sensus fidei of all the People of God” (S19df 88). The Synod of the Amazon invited us to “a pastoral conversion based on synodality”[1], thus recuperating the etymological meaning of the word “synod,” which means “walking together.” The Church must become more synodal, overcoming clericalism and erroneous conceptions of the principle of authority. This opens a reflection on the model of the Church and on the relationship between the Petrine primacy and synodality. John Chrysostom had already alluded to the collegial unity of the ecclesial community, expressing it with the phrase: “The Church has as its name synod.” The concept of synodality, in fact, “refers to the involvement and participation of the whole People of God in the life and mission of the Church.”[2] Welcoming this synodality, Saint Cyprian († 258), bishop of Carthage, said: “From the very beginning of my episcopacy I made it my rule never to do anything according to my own…

Sinodalidad, ¿vino nuevo en odres viejos?
Fidalgo / 21 Ottobre 2022

Sin duda, es más que loable que la Iglesia, inspirada por las decisiones e improntas del papa Francisco, se lance con más o menos convicciones a procesos sinodales. Seguramente en muchas comunidades puede que todo este trabajo vaya dejando florecer necesarios frutos de vida nueva. Pero no obstante queda una doble duda, si será así en definitiva para toda la Iglesia, en y desde todas las comunidades, y si en verdad se quiere “una Iglesia siempre en transformación”, una Iglesia en verdad «en salida», siempre a la búsqueda del «encuentro» con “los otros”, los alejados, los perdidos, los descartados, las situaciones periféricas, los desafíos epocales, o solo se reflotan ciertas tendencias para robustecerse hacia adentro o defenderse mejor de las “insidias” y “ataques” “del mundo”, sin asumir los reales cambios a los cuales los signos de los tiempos y el mismo Espíritu impelen a la Iglesia de hoy como de siempre. En la línea del Vaticano II, la Iglesia sigue siendo llamada a configurar su identidad en y desde su impronta de servicio a la humanidad. Una Iglesia que asume que su configuración histórica no es ya – y quizás nunca debió haber sido – la de una “cristiandad”, sino…