En el mes del Sagrado Corazón, alguna razón para comprender la pandemia «Porque es del interior, del corazón de los seres humanos, de donde provienen las cosas malas y son las que manchan» (Mc 7,21-23)
Fidalgo / 18 Giugno 2020

Estamos viviendo un fenómeno que nos ha convulsionado, por lo inesperado y desbordante. En algunos lugares se va saliendo de esta situación y en otros aún queda mucho por afrontar. Pero en todos lados, de alguna manera, todo ha quedado muy sacudido. En este sacudón de vidas y de estructuras, lo que aquí nos interesa resaltar son algunas actitudes que nos dan qué pensar, que nos invitan a buscar alguna razón que nos inspire más que los meros datos y desfiguraciones externas de nuestras realidades. Entender por qué, de algún modo, esta pandemia nos ha marcado, nos ha “manchado”. En muchos niveles, lo primero que se ha visto subvertido es el adentro y el afuera. Y ha sido así, ante todo, porque nos ha tomado de sorpresa. Es un fenómeno “externo” que, sin darnos cuenta, se nos impuso, se instaló de forma rápida y convulsionada en nuestro “adentro”, generando instintos de autodefensa. Aquí ya hay un primer elemento sintomático, que no podemos dejar pasar. Desde el lenguaje y de ciertas medidas, se enfrentó el tema con una carga diríamos bélica, se implementaron medidas de “lucha”, de “control”, de “encerramiento”, de “distanciamiento”, contra un “enemigo invisible”. Esta reacción debería profundizarse, porque…