El ayuno
De Mingo / 2 Marzo 2023

En la sección central del Sermón de la Montaña (Mt 6,1-18), Jesús da instrucciones sobre cómo practicar las tres obras de justicia basilares del judaísmo: la limosna, la oración y el ayuno. De estas tres, el ayuno es el que más nos cuesta comprender a nosotros, hombres y mujeres de hoy. Todo creyente entiende sin dificultad que debemos cultivar la amistad con Dios mediante la oración y que la solidaridad con los pobres es un componente esencial de la vida cristiana, pero ¿por qué ayunar? Según el Antiguo Testamento, el ayuno expresa el remordimiento por el pecado cometido y atrae la misericordia del Señor (cf. 2Sam 12,16; Jon 3,5). La Ley manda que cada año, todo el pueblo ayune el Día de la Expiación (Yom Kippur) para impetrar el perdón por los pecados cometidos (Lev 23,26-32). Jesús enseñó a sus discípulos que no debían ayunar «mientras el esposo está con ellos» (Mt 9,14-15), pero tras la Pascua, los cristianos retomaron la costumbre de ayunar. Sin embargo, el elemento expiatorio, dominante en el judaísmo, cedió protagonismo a la motivación ascética. Askesis quiere decir «ejercicio». En griego moderno denota el tipo de adiestramiento que uno recibe en un gimnasio. En este sentido,…